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¿ES POSIBLE VENCER A VARIOS ADVERSARIOS?

 

     Cuando muchos jóvenes se inscriben para aprender de­fensa personal, sueñan con conseguir ser capaces de ven­cer algún día a cuatro o cinco maleantes (o incluso a más). ¿Es esto posible? Por lo pron­to, lo que está claro es que es bastante complicado. Y no di­gamos ya si alguno de los ata­cantes viene armado mientras que el defensor no lo está. Pe­ro dejemos estas fantasías pa­ra el cine y seamos realistas. Vencer a un enemigo es difícil; ganar a dos es muy difícil; a tres es dificilísimo; y vencer a más es casi imposible. Estoy hablando partiendo de la su­posición de que los agresores tengan una envergadura o edad similar a las del defensor y que ataquen o intenten ata­car todos y con decisión. Por­que está claro que si a un adulto bien entrenado la ata­can varios jóvenes de unos 16 años puede conseguir darles un revolcón (aunque tampoco será fácil). O que si hay un grupo de personas que te ase­dian, pero realmente sólo al­guno quiere bronca, si le pe­gas un "viaje" a éste y lo dejas KO puede que los demás te dejen en paz; pero esto no quiere decir que hayas venci­do a varios agresores ya que verdaderamente sólo uno te ha atacado.

     Y en cuanto al tema de las ar­mas, es obvio que si ellos las tienen y tú no, poco se puede hacer. Por tanto, ante este tipo de situaciones, conviene que tú también te armes si tienes la posibilidad y la oportunidad para hacerlo. Esto sería inte­resante incluso cuando ellos están desarmados; pero a la vez se podría volver en tu con­tra ya que te pueden arrebatar el arma y usarla ellos. Así que a veces no se sabe qué es peor.

 

QUÉ ES LO QUE NO DEBES HACER

 

     Lo primero que no debes ha­cer es polemizar con ningún grupo de personas. El 99% de las peleas se inician con algún tipo de discusión. Si tienes enfrente a varios posibles agresores, intenta zanjar la cuestión de forma moderada incluso aunque seas humilla­do verbalmente.

     Durante el enfrentamiento, en contra de lo que aconsejan algunos ma­nuales, no debes arrinconarte contra una pared ya que te privaría de la movilidad nece­saria en estos casos. Sí puedes colocar la pared a tu espalda durante la fase previa para evitar ser rodeado, pero no cuando ya ha comenzado la acción.

     No debes agarrarte a tus con­trincantes, ya que esto dificul­taría tu defensa frente a los otros. Bajo ningún concepto debes luchar en el suelo ya que te pondrías al alcance de los golpes y ataques de los que estén de pie. Ni se te ocu­rra pegar una patada alta o de giro; si ya son desaconsejables en la pelea contra uno, usar­las frente a varios podría ser un suicidio. No pares de pe­gar o de moverte ni un solo instante. Y por último, no se­as un héroe difunto; si la cosa tiene mala pinta, no dudes pe­dir auxilio o echar a correr (siempre, claro está, que no dejes a tu mujer y a tus hijos en manos de los agresores).

 

         CONSEJOS DEL WING TSUN  

En el Wing Tsun, la defensa fren­te a varios atacantes se plantea más con la idea de sobrevivir o de salir airoso que de vencerlos a todos. Por tanto, en vez de avan­zar atacando, el defensor debe moverse lateralmente o retroce­diendo para colocarse en el perí­metro del grupo, nunca en el centro.

 

Mientras se defiende y ataca, debe seguir moviéndose intentando quedar siempre en esa situación táctica: a la afueras del grupo pero de frente a ellos para poder verlos a todos. Desde ahí, luchará intentando no estar nunca al alcance de más de un enemigo. Por ejemplo, si se acer­can varios, se dirigirá hacia uno del extremo para alejarse de los otros pero sin perderlos de vista.

 

Mientras pelea con uno, debe in­tentar interponerlo ante los otros para dificultarles sus ataques; o incluso lanzarlo hacia ellos. De­be golpear lo más contundente­mente posible para conseguir anular a cada oponente en el me­nor tiempo posible (si pudiese ser con un solo golpe: ¡ideal!). No puede entretenerse demasia­do, así que tras un par de golpes debe dirigir su atención hacia otro enemigo. No se trata de lu­char con cada uno hasta noquearlo, ya que mientras llegarían los demás, sino de pasar de uno a otro sin que te atrapen. Pero si mientras alguno queda fuera de combate, mejor que mejor. En general, el defensor debe dejar que sean los agresores los que se esfuercen por aproximarse, para él reservar sus energías.

 

Y como siempre, todas estas teo­rías sirven de poco si no es entre­nan y se asimilan. Y aún así, ven­cer a varios enemigos es una cuestión bastante peliaguda. Así que procura no tener que inten­tarlo.

 

Por Pepe Martín.